viernes, 3 de febrero de 2017
LA FÁBULA
La literatura ha acompañado a la humanidad a lo largo de toda su historia, el gusto por relatar eventos es más antiguo que la palabra para designarlo. La fuente de la que ha bebido el arte literario han sido las tradiciones orales desde la antigua Grecia. El llamado género narrativo tiene una serie de subgéneros que muestran
esta influencia popular. La fábula es uno de estos subgéneros, en este tema conoceremos en qué consiste este tipo de texto narrativo, sus características y la importancia que tiene.
TEXTOS NARRATIVOS LITERARIOS BREVES: FÁBULA
Desarrollo
La palabra "fábula" proviene del latín, se deriva de "fari" ("hablar"), más el sufijo -ula, que significa "pequeño", así, etimológicamente, se puede definir como "pequeña historia".
Las fábulas son narraciones breves que pueden estar escritas en verso o en prosa, sus personajes son en general animales u objetos inanimados; con una intención didáctica de carácter ético y universal, formulada la mayor parte de las veces al final, en la parte denominada moraleja, más raramente al principio, o eliminada ya que puede sobreentenderse o se encuentra implícita.
La acción se organiza en torno a dos personajes –aunque a veces son más, que están en conflicto, y su tema básico es el enfrentamiento entre el personaje fuerte y el débil. De ese conflicto subyace una actitud crítica, satírica y didáctica, pues se suele castigar la vanidad, el abuso de poder, la pereza y, en general, los
distintos vicios humanos.
Se trata de uno de los géneros narrativos más antiguos y de mayor éxito y difusión. La fábula clásica se inició en Grecia con Esopo, quien influyó a todos los fabulistas posteriores. Curiosamente y a pesar de esa antigüedad, su estructura básica ha sufrido muy pocos cambios a lo largo del tiempo. Los autores del Neoclasicismo, en su afán de volver a los clásicos y de considerar que el fin del
arte es educar, se valieron de la fábula para manifestar sus ideas cada vez menos moralizantes y más ingeniosas, como ocurrió con La Fontaine (Francia) e Iriarte (España).
Según Babrio (fabulista griego de finales del siglo I d.C.), la fábula fue un invento de los antiguos sirios. Desde Mesopotamia, se habría exportado la fórmula por dos vías: hacia Grecia y hacia India, de donde proceden las dos colecciones importantes de que se nutre la tradición fabulística europea. Ya existían, desde
luego, antecedentes en Grecia (además de los ya citados, cabría reseñar a Estesícoro, Semónides y Aristófanes), pero fue necesaria, sin embargo, la aparición de Esopo para proporcionar al género entidad literaria; ése fue, indudablemente, el mayor mérito, por encima de los artísticos, del esclavo frigio:
dotar de unas reglas claras de composición a las historietas y sistematizar éstas en su colección antes de divulgarlas.
Aristóteles, en el fragmento citado, caracteriza a la fábula con dos rasgos principales: la ficción y la alegoría. En sentido parecido se han pronunciado todos los críticos posteriores, que, en general, no se atreven a aventurar una descripción definitiva de lo que pueda llegar a ser una fábula a causa de la multitud de rasgos
que comparte con otros subgéneros. Sí parece coincidir la crítica a la hora de concluir que la breve historia que se refiere en cada fábula tiene la única y primordial finalidad de ilustrar la moraleja. Con el fin de definir la fábula como género independiente, podemos destacar tres rasgos fundamentales: la concisión,
la alegoría y la utilidad moral.
La brevedad, a veces extrema, de las fábulas, ha llevado a difuminar sus características y a que se las confunda con otros géneros como el apólogo o el proverbio.
El aspecto alegórico de la fábula resulta evidente; el ambiente animal y salvaje no es más que una transposición del entorno real que observa una doble finalidad: la amenidad en el tratamiento y la claridad en la exposición, que resulta más directa cuando se emplean extremos. No es fácil determinar sus diferencias con el
apólogo, y los exempla (ejemplos) medievales, como los que se insertan en el Libro de Buen Amor de Juan Ruiz. Parábola y fábula son consideradas como formas de la alegoría pero mientras la primera se ocupa de hechos posibles que remiten a un significado religioso, moral o filosófico (la "parábola del hijo pródigo",
por ejemplo), la segunda, al dar voz a los animales o animar lo inanimado, se asienta en cosas imposibles. En la Edad Media, un rico material complementario de las fábulas se encuentra en los bestiarios, catálogos descriptivos que explicitan el significado alegórico de los diferentes animales.
CARACTERÍSTICAS
• Pueden estar escritas en verso o en prosa.
• Suelen ser historias breves.
• Presencia de los elementos esenciales de la narración:
Un narrador que cuenta lo que les sucede (acción) a unos personajes en un lugar y en un tiempo indeterminados.
• Una estructura sencilla: El esquema de muchas fábulas empieza con la presentación de una situación inicial, tras la cual se plantea un problema, que unas veces tiene solución y otras no. La historia finaliza con una moraleja.
• Los personajes: son, en su mayoría, animales u objetos humanizados.
• Los temas: los vicios son los temas tratados en las fábulas (la envidia, la avaricia, la arrogancia, la mentira…).
• La intención: detrás de cada fábula hay una crítica hacia ciertos
comportamientos y actitudes, que se disimula con el uso de personajes humanizados.
• La moraleja: es una enseñanza moral, es decir, un consejo o pauta de conducta. La moraleja puede ser una frase o una estrofa. La más corriente es el pareado, una estrofa de dos versos que riman entre sí.
Historia
La fábula es una de las formas más perdurables de la literatura, se pueden encontrar en la literatura de casi todos los países. Hallamos fábulas en sumerio, acadio, en el Antiguo Egipto, en el Antiguo Testamento, por ejemplo.
Las llamadas “Fábulas de Esopo” incluyen algunas de las más famosas, se atribuyen al legendario Esopo, del que se piensa fue un esclavo en la antigua Grecia alrededor del año 550 a.C. En la antigüedad griega y romana, la fábula fue uno de los primeros ejercicios de entrenamiento para enseñar a los estudiantes la
composición en prosa y a hablar en público, se les pedía aprender alguna fábula, modificarla y finalmente usarla como ejemplo para convencer en algún discurso.
Cientos de fábulas en la antigua India fueron compuestas durante el primer milenio a. C. Las encontramos también en las epopeyas indias, el Mahabharata y el Ramayana. Las fábulas más famosas de Oriente Medio se hallan en Las mil y una noches.
En la Edad Media, formaron parte de una larga tradición y pasaron a ocupar un sitio en la literatura culta europea. Durante el siglo XVII, el fabulista francés Jean de La Fontaine (1621-1695) vio en la enseñanza moral, en las reglas de comportamiento, el alma de la fábula. Comenzando con el modelo de Esopo, La Fontaine lo modificó después para satirizar a la corte, a la iglesia, a la burguesía
en ascenso, prácticamente todas las costumbres de su época. El modelo de La Fontaine fue emulado posteriormente por el inglés John Gay (1685-1732); en Polonia, por Ignacy Krasicki (1735-1801); en Italia por Lorenzo Pignotti (1739- 1812) y Giovanni Gherardo de Rossi (1754-1827), en España Félix María de
Samaniego (1745-1801) y Tomás de Iriarte y Oropesa (1750-1791).
En los tiempos modernos, mientras que la fábula ha sido trivializada en los libros para niños, también se ha adaptado completamente a la literatura adulta moderna. La versión contemporánea de la fábula apunta a una reelaboración
irónica en la que suele desaparecer la moraleja o se ofrece al lector un marco mayor de sugerencias. Es el caso de Fábulas de Luis Goytisolo; Bestiario y Confabulario de Juan José Arreola; Trece fábulas y media de Juan Benet, que concluye diciendo "cuanto más canalla es la doctrina, mejor el discípulo"; o La oveja negra y otras fábulas, del guatemalteco Augusto Monterroso, sus fábulas no
poseen la intención de enseñar o dar moralejas, sino de evidenciar mediante la ironía las ambiciones y debilidades de los seres humanos contemporáneos.
ACTIVIDADES
-Lee las siguientes fábulas. Enumera sus características y las diferencias entre ellas, de acuerdo al autor y la época.
“El león, la vaca, la cabra y la oveja”
Juntáronse un león, una vaca, una cabra y una mansa oveja para cazar en los montes y repartirse después fraternalmente las reses que apresaran. Bien pronto, con la ayuda de todos, se cazó una cierva hermosísima; y el león al dividirla en cuatro partes iguales, habló a sus compañeros del siguiente modo:
“la primera de esas partes es para mí, porque me llamo león; me daréis la segunda parte porque soy el más fuerte; la tercera será también mía, porque valgo más que vosotros; y por lo que hace a la cuarta, el que la toque que haga antes su testamento.”
Cuando se tiene la honradez de la vaca, la inocencia de la cabra y la
mansedumbre de la oveja, no se debe formar sociedad con los leones.
Esopo
“La parte del León”
La vaca, la cabra y la paciente oveja se asociaron un día con el león para gozar alguna vez de vida tranquila, pues las depredaciones del monstruo (como lo llamaban a sus espaldas) las mantenía en una atmósfera de angustia y zozobra de la que difícilmente podían escapar como no fuera por las buenas. Con la conocida habilidad cinegética de los cuatro, cierta tarde cazaron un ágil ciervo
(cuya carne por supuesto repugnaba a la vaca, a la cabra y a la oveja, acostumbradas como estaban a alimentarse con las yerbas que cogían) y de acuerdo con los convenios dividieron el vasto cuerpo en partes iguales.
Aquí profiriendo al unísono toda clase de quejas y aduciendo su indefensión y extrema debilidad, los tres se pusieron a vociferar acaloradamente confabuladas de antemano para quedarse también con la parte del león, pues como enseñaba la hormiga, querían guardar algo para los días duros del invierno.
Pero esta vez, el león ni siquiera se tomó el trabajo de enumerar las
sabidas razones por las cuales el ciervo le pertenecía a él sólo, sino que se las comió ahí mismo de una sentada, en medio de los largos gritos de ellas en que se escuchaban expresiones como contrato social, constitución, derechos humanos y otras igualmente fuertes y decisivas.”
Monterroso
“El Burro flautista”
Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercose a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
«iOh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!»
Sin regla del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.
Tomás de Iriarte.
Resumen
Las fábulas son pequeñas narraciones en las que se nos relata una historia ejemplar, busca enseñar sobre los problemas del ser humano en sociedad, los personajes que aparecen en estos relatos suelen ser animales u objetos investidos de características humanas.
Este subgénero se puede hallar en todas las épocas de la historia
occidental, desde la antigüedad clásica, pasando por la era medieval hasta nuestra época. En cada período histórico representa la problemática del ser humano propia de la época, pero en todas es fundamental la enseñanza que pregona.
ESOPO (620-564 a.de C) FÁBULAS
Esopo fue un famoso fabulista de la Antigua Grecia. En
sus fábulas hay una enseñanza moral, no una doctrina, ya
que recogen experiencias de la vida diaria.
EL ÁGUILA, EL CUERVO Y EL PASTOR
Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un
corderito.
La vio un cuervo y, tratando de imitar al águila, se lanzó
sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte
que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al
máximo sus alas no logró soltarse.
Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y
cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.
Le preguntaron sus hijos qué clase de ave era aquella, y él
les dijo:
—Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.
Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás
preparado, no en lo que no te corresponde.
EL ÁGUILA, LA LIEBRE Y EL ESCARABAJO
Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y
viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo,
suplicándole que le ayudara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga.
Pero el águila, despreciando la insignificancia del
escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo
observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y
haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila
echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus
pidiéndole un lugar seguro para depositar sus huevos.
Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo,
viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de estiércol,
voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus.
Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad,
y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde
entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que
salen a volar los escarabajos.
Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no
hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.
EL ÁGUILA DE ALA CORTADA Y LA ZORRA
Cierto día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas
y la soltó en el corral junto con todas sus gallinas.
Apenada, el águila, quien fuera poderosa, bajaba la cabeza
y pasaba sin comer: se sentía como una reina encarcelada.
Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla.
Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de
nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó a
una liebre para llevársela en agradecimiento a su
liberador.
La vio una zorra y maliciosamente la mal aconsejaba
diciéndole:
—No le lleves la liebre al que te liberó, sino al que te
capturó; pues el que te liberó ya es bueno sin más
estímulo.
Procura más bien ablandar al otro, no vaya a atraparte de
nuevo y te arranque completamente las alas.
Siempre corresponde generosamente con tus
bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los
malvados que insinúan hacer lo incorrecto.
LA ZORRA Y EL LEÑADOR
Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores
cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la
escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su
cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron
al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano
disimuladamente señalaba la cabaña donde se había
escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se
confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra al verlos marcharse, salió silenciosa, sin decirle
nada al leñador.
El leñador le reprochó por qué a pesar de haberla salvado,
no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
—Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca
hubieran dicho lo mismo.
No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus
palabras.
LA RANA DEL PANTANO Y LA RANA DEL CAMINO
Vivía una rana felizmente en un pantano profundo,
alejado del camino, mientras su vecina vivía muy
orgullosa en una charca al centro del camino.
La del pantano le insistía a su amiga que se fuera a vivir al
lado de ella, alejada del camino; que allí estaría mejor y
más segura.
Pero no se dejó convencer, diciendo que le era muy difícil
abandonar una morada donde ya estaba establecida y
satisfecha.
Y sucedió que un día pasó por el camino, sobre la charca,
un carretón, y aplastó a la pobre rana que no quiso aceptar
el mudarse.
Si tienes la oportunidad de mejorar tu posición, no la
rechaces.
EL LOBO Y EL PERRO
Se encontró un lobo con un corpulento perro sujeto por un
collar, y le preguntó:
—¿Quién te ha encadenado y quién te ha alimentado de
esa forma?
—Mi amo, el cazador —respondió el perro.
—¡Que los dioses nos libren a los lobos de semejante
destino! Prefiero morir de hambre a tener que cargar tan
pesado collar.
Vale más el duro trabajo en libertad, que el placer en
esclavitud.
LOS DOS PERROS
Un hombre tenía dos perros. Uno cazador y otro
guardián. Cuando salía de cacería iba con el de caza, y al
regresar le regalaba un pedazo de la presa al perro
guardián. Descontento por esto el perro de caza lanzó a su
compañero algunos reproches: que sólo era él quien salía
y sufría en todo momento, mientras que el otro perro, sin
hacer nada, disfrutaba de su trabajo de caza.
El perro guardián le contestó:
—¡No es a mí a quien debes de reclamar, sino a nuestro
amo, ya que en lugar de enseñarme a trabajar, me ha
enseñado a vivir tranquilamente del trabajo ajeno!
Pide siempre a tus mayores que te enseñen una
preparación y trabajo digno para afrontar tu futuro, y
esfuérzate en aprenderlo correctamente.
La rana que quería ser una rana auténtica (cuento)
“Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello. Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.”
Augusto Monterroso
BIOGRAFÍA
Augusto Monterroso nació el 21 de diciembre de 1921 en Tegucigalpa, Honduras, era hijo de la hondureña Amelia Bonilla y el guatemalteco Vicente Monterroso. En su casa reinaba un ambiente bohemio. La familia regentaba una imprenta que editaba el periódico Sucesos. A los once años abandonó la escuela y se volvió autodidacta.
En 1936 la familia se trasladó a Guatemala, donde pasó su infancia y juventud. Fundó en 1940 la Asociación de artistas y escritores jóvenes de Guatemala. Publicó sus primeros cuentos en la revista Acento y en el periódico El Imparcial, mientras trabaja clandestinamente contra la dictadura de Jorge Ubico. Firmó el Memorial de los 311, en el que se pedía la renuncia de Ubico y, tras la caída del dictador, creó con otros escritores el diario El Espectador. Finalmente fue detenido por orden del general Federico Ponce Valdés y tuvo que exiliarse a México. Poco después triunfó en Guatemala el gobierno revolucionario de Jacobo Arbenz y Monterroso fue nombrado para un cargo menor en la embajada de Guatemala en México. Su destino quedó ya ligado a México, donde permanecería el resto de su vida, desde 1945 hasta 1952 en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1952 publicó en México «El concierto» y «El eclipse», dos cuentos breves.
Al año siguiente se casó con la mexicana Dolores Yáñez, con quien tuvo una hija: Marcela.Se trasladaron a Bolivia al ser nombrado cónsul de Guatemala en La Paz.
Cuando Jacobo Arbenz fue derrocado en Guatemala, en 1954, renunció a su cargo de cónsul de Guatemala en La Paz y se trasladó a Santiago de Chile. En el país andino trabó amistad con Pablo Neruda, a quien visitó en Isla Negra y con quien colaboró en la Gaceta de Chile.
En 1956 regresó definitivamente a la Ciudad de México y desde entonces trabajó en diferentes cargos relacionados con el mundo académico y editorial: profesor del curso «Cervantes y el Quijote» en la UNAM; investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, codirector y posteriormente director de la colección «Nuestros clásicos», jefe de redacción de la Revista de la Universidad de México y becario de El Colegio de México para estudios de Filología. Trabajó también como corrector de pruebas en la prestigiosa editorial mexicana Fondo de Cultura Económica y como redactor en la Revista de la Universidad de México.
En 1959 publicó Obras completas (y otros cuentos), su primer libro, que incluye el cuento más breve de la literatura hispanoamericana, El dinosaurio.
Fue invitado por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara a la ceremonia de iniciación de la campaña de alfabetización en La Habana. Desde esa fecha viajó en numerosas ocasiones a Cuba, bien como miembro jurado del Premio Casa de las Américas, bien como invitado a conferencias y congresos de intelectuales.
En 1962 se casó con Milagros Esguerra, colombiana y madre de su segunda hija, María, que nació en 1966.
Viajó a Europa (París, Londres, Barcelona, Madrid, y diversas capitales de los entonces todavía países comunistas, los del Este de Europa), en 1967, y en 1970 impartió el Taller de Cuento de la Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM, así como el Taller de Narrativa del Instituto Nacional de Bellas Artes, allí conoció a Bárbara Jacobs, que participaba en esos talleres y que se convertiría en su esposa. Los dos compartían idéntica pasión por la lectura, los viajes literarios y la vida sosegada, y juntos llevaron a cabo la recopilación y posterior publicación de Antología del cuento triste (1992).
Le fue otorgado en 1975 el Premio Xavier Villaurrutia, uno de los más prestigiosos de México, y viajó a Varsovia, ciudad en la que coincidió con Juan Rulfo y Julio Cortázar.
En 1978 publicó su única novela Lo demás es silencio.
En 1993 regresó a Guatemala al ser nombrado miembro de la Academia Guatemalteca de la lengua.
En México recibió el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe. Murió en Ciudad de México el 8 de febrero de 2003.
Monterroso es considerado como uno de los maestros del microrrelato.Su relato Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, ha sido considerada como el relato más breve de la literatura.
BIBLIOGRAFÍA
Obras completas (y otros cuentos) (1959)
La oveja negra y demás fábulas (1969)
Movimiento perpetuo (1972)
Lo demás es silencio (1978)
Viaje al centro de la fábula (1981)
La palabra mágica (1983)
La letra e: fragmentos de un diario (1987)
Los buscadores de oro (1993)
La vaca (1998)
Pájaros de Hispanoamérica (2002)
Literatura y vida (2004)
Actividades
Después de leer texto, va a responder las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el protagonista de esta historia es la rana y Monterroso la escribe con mayúscula?
2. En esta historia hay varias palabras que tienen el mismo sentido de la palabra AUTÉNTICO, anotarlas.
3. ¿Cada cuanto tiempo la rana que quería ser una rana auténtica se evaluaba a si misma?
4. ¿Que actividades realizó la rana para ser auténtica? Y ¿Crees que las acciones fueron adecuadas? Justifica tu respuesta.
5. ¿Logró la rana mostrar su propio valor al final? Justifica tu respuesta.
6. ¿A qué tipo de persona representa la rana ? Y ¿Por qué ?
7. En este texto hay varios verbos de acción remiten a acciones humanas, anota los que encuentres en el texto.
Por ejemplo:compró…
8.Las siguientes frases describen los diferentes momentos de la acción que narra el texto. Lee de nuevo y ordénalas según el orden en que se dan los acontecimientos.
Tomar las opiniones de la gente.
Hizo ejercicio para tener unas mejores ancas.
Se miraba al espejo para encontrar su autenticidad.
Se dejo cortar las ancas para que se las comieran.
Se peinaba, se vestía y desvestía para conseguir la aprobación de la gente.
La inmolación por la belleza
[Minicuento - Texto completo.] Marco Denevi
El erizo era feo y lo sabía. Por eso vivía en sitios apartados, en matorrales sombríos, sin hablar con nadie, siempre solitario y taciturno, siempre triste, él, que en realidad tenía un carácter alegre y gustaba de la compañía de los demás. Sólo se atrevía a salir a altas horas de la noche y, si entonces oía pasos, rápidamente erizaba sus púas y se convertía en una bola para ocultar su rubor.
Una vez alguien encontró una esfera híspida, ese tremendo alfiletero. En lugar de rociarlo con agua o arrojarle humo -como aconsejan los libros de zoología-, tomó una sarta de perlas, un racimo de uvas de cristal, piedras preciosas, o quizá falsas, cascabeles, dos o tres lentejuelas, varias luciérnagas, un dije de oro, flores de nácar y de terciopelo, mariposas artificiales, un coral, una pluma y un botón, y los fue enhebrando en cada una de las agujas del erizo, hasta transformar a aquella criatura desagradable en un animal fabuloso.
Todos acudieron a contemplarlo. Según quién lo mirase, semejaba la corona de un emperador bizantino, un fragmento de la cola del Pájaro Roc o, si las luciérnagas se encendían, el fanal de una góndola empavesada para la fiesta del Bucentauro, o, si lo miraba algún envidioso, un bufón.
El erizo escuchaba las voces, las exclamaciones, los aplausos, y lloraba de felicidad. Pero no se atrevía a moverse por temor de que se le desprendiera aquel ropaje miliunanochesco. Así permaneció durante todo el verano. Cuando llegaron los primeros fríos, había muerto de hambre y de sed. Pero seguía hermoso.
-¿QUÉ ES MÁS IMPORTANTE EL SER O PARECER?
Marco Denevi
(Sáenz Peña, 1922 - Buenos Aires, 1998) Novelista y dramaturgo argentino que alcanzó reconocimiento internacional con obras como Rosaura a las diez (1955) y Ceremonia secreta (1960), relatos a la vez realistas y metafísicos. Nacido en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, desde pequeño sintió una fuerte vocación por la música; hijo de un inmigrante que supo transmitirle la voluntad de trabajo, su padre también lo inició en las obras de Robert Louis Stevenson, A. Dumas y Benito Pérez Galdós. Se graduó como abogado y trabajó en el área legal de un organismo público.
Marco Denevi
(Sáenz Peña, 1922 - Buenos Aires, 1998) Novelista y dramaturgo argentino que alcanzó reconocimiento internacional con obras como Rosaura a las diez (1955) y Ceremonia secreta (1960), relatos a la vez realistas y metafísicos. Nacido en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, desde pequeño sintió una fuerte vocación por la música; hijo de un inmigrante que supo transmitirle la voluntad de trabajo, su padre también lo inició en las obras de Robert Louis Stevenson, A. Dumas y Benito Pérez Galdós. Se graduó como abogado y trabajó en el área legal de un organismo público.
Su primera novela, Rosaura a las diez, obtuvo el Premio Kraft en 1955. En ella Marco Denevi retrató personajes sórdidos, como el protagonista, Camilo Canegato, y describió el fracaso con sutileza y eficacia. Se trata de una trama policiaca en la que cada protagonista narra la misma historia desde su punto de vista, y que fue llevada al cine por Mario Soffici.
En Ceremonia secreta (1960), su segunda novela, Marco Denevi construye un ámbito asfixiante para abordar los conflictos de identidad. Premiada por la revista Life en español, fue traducida a varios idiomas y llevada al cine por Joseph Losey. En 1962 recibió el premio Argentores.
Sus obras de teatro dieron primacía al análisis psicológico de los personajes. Como dramaturgo escribió Los expedientes (1957, Premio Nacional de Teatro), El emperador de la China (1959), El cuarto de la noche (1962) y Cuando el perro del ángel no ladra, pero luego abandonó el género. Se incorporó a la Academia Argentina de las Letras y a partir de 1980 practicó el periodismo político desde las páginas del diario La Nación.
Otras títulos suyos son Falsificaciones (1966), Un pequeño café (1967), Manual de historia (1985), Enciclopedia secreta de una familia argentina (1986), Hierba del cielo y Música de amor perdido (ambas de 1991), El jardín de las delicias (1992) y El amor es un pájaro rebelde (1993). Escribió guiones de cine y televisión, pero se sentía particularmente satisfecho del periodismo. En 1980 se publicaron sus Obras Completas.
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