La comunicación
El lenguaje
y su organización
COMUNICACIÓN • LEER
La biblioteca
Recuerdo que aquel alba de junio me desperté gritando.
El corazón me batía en el pecho como si el alma
quisiera abrirse camino y echar a correr escaleras abajo.
Mi padre acudió azorado a mi habitación y me
sostuvo en sus brazos, intentando calmarme. Aquella
fue la primera vez en que me di cuenta de que mi padre
envejecía y de que sus ojos, ojos de niebla y de
pérdida, siempre miraban atrás. Se incorporó y descorrió
las cortinas para dejar entrar la tibia luz del alba.
–Anda, Daniel, vístete. Quiero enseñarte algo –dijo
mi padre.
–¿Ahora? ¿A las cinco de la mañana?
–Hay cosas que solo pueden verse entre tinieblas –insinuó
mi padre blandiendo una sonrisa enigmática.
Las calles aún languidecían entre neblinas y serenos
cuando salimos al portal. Las farolas de las Ramblas dibujaban
una avenida de vapor, parpadeando al tiempo
que la ciudad se desperezaba y se desprendía de
su disfraz de acuarela. Al llegar a la calle Arco del
Teatro nos aventuramos camino del Raval bajo la arcada
que prometía una bóveda de bruma azul. Al fin,
mi padre se detuvo frente a un portón de madera labrada
ennegrecido por el tiempo y la humedad.
–Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a
nadie. Ni a tu amigo Tomás. A nadie.
Un hombrecillo con rasgos de ave rapaz y cabellera
plateada nos abrió la puerta. Su mirada aguileña se
posó en mí, impenetrable.
–Buenos días, Isaac. Este es mi hijo Daniel –anunció
mi padre–. Pronto cumplirá once años, y algún día él
se hará cargo de la tienda. Ya tiene edad de conocer
este lugar.
Seguimos al guardián a través de aquel corredor palaciego
y llegamos a una gran sala circular. Un laberinto
de corredores y estanterías repletas de libros ascendía
desde la base hasta la cúspide, dibujando una
colmena tramada de túneles, escalinatas, plataformas
y puentes que dejaban adivinar una gigantesca biblioteca
de geometría imposible. Miré a mi padre, boquiabierto.
Él me sonrió, guiñándome el ojo.
–Daniel, bienvenido al Cementerio de los Libros Olvidados.
Este lugar es un misterio, un santuario. Cada
libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de
quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y
vivieron y soñaron con él. Nadie sabe a ciencia cierta
desde cuándo existe, o quiénes lo crearon. En este
lugar, los libros que ya nadie recuerda, los libros que
se han perdido en el tiempo, viven para siempre, esperando
llegar algún día a las manos de un nuevo
lector, de un nuevo espíritu. Cada libro que ves aquí
ha sido el mejor amigo de alguien. Ahora solo nos
tienen a nosotros, Daniel. ¿Crees que vas a poder
guardar este secreto?
Mi mirada se perdió en la inmensidad de aquel lugar,
en su luz encantada. Asentí y mi padre sonrió.
–¿Y sabes lo mejor? –preguntó–. La costumbre es que
la primera vez que alguien visita este lugar tiene
que escoger un libro, el que prefiera, y adoptarlo,
asegurándose de que nunca desaparezca, de que
siempre permanezca vivo. Es una promesa muy importante.
Hoy es tu turno.
Por espacio de casi media hora deambulé entre los
entresijos de aquel laberinto que olía a papel viejo, a
polvo y a magia. Dejé que mi mano rozase las avenidas
de lomos expuestos, tentando mi elección. Atisbé,
entre los títulos desdibujados por el tiempo, palabras
en lenguas que reconocía y decenas de otras que
era incapaz de catalogar. Recorrí pasillos y galerías en
espiral pobladas por cientos, miles de tomos que parecían
saber más acerca de mí que yo de ellos. Al poco,
me asaltó la idea de que tras la cubierta de cada
uno de aquellos libros se abría un universo infinito
por explorar.
CARLOS RUIZ ZAFÓN
La sombra del viento (Adaptación)
COMPRENSIÓN GLOBAL
1. Responde.
• ¿Quién es el protagonista de esta historia? ¿Cuántos años tiene?
• ¿Con quién sale de casa esa mañana? ¿Adónde van? ¿Qué hay allí?
2. Ordena con números los siguientes hechos según se presentan en el texto:
Daniel y su padre caminan muy temprano por las calles de la ciudad.
A Daniel le fascina la magia que descubre en la biblioteca.
Daniel se despierta sobresaltado y su padre acude a calmarlo.
El padre de Daniel le revela los secretos del misterioso lugar.
El padre de Daniel le lleva al Cementerio de los Libros Olvidados.
Redacta un resumen del relato.
OBTENER INFORMACIÓN
3. Señala con una X cuáles son los mensajes que recibe Daniel de su padre:
Su padre va a enseñarle un lugar secreto y misterioso.
El Cementerio de los Libros Olvidados fue creado por el gremio de libreros
de la ciudad.
Los libros contienen el espíritu de su escritor y de quienes los han leído.
Daniel debe escoger un libro al que protegerá durante toda su vida.
4. ¿Cómo es el guardián de la biblioteca? Descríbelo.
INTERPRETAR EL TEXTO
5. Reflexiona y contesta.
• ¿Qué profesión crees que tiene el padre de Daniel?
• ¿Por qué le enseña la biblioteca?
• ¿Qué sentimientos provoca la experiencia en Daniel?
6. Copia las expresiones del texto que aludan a las siguientes ideas:
• Los libros reflejan el espíritu de su creador.
• Los lectores de un mismo libro comparten emociones y experiencias.
• La lectura nos da la posibilidad de conocer el mundo, más allá de nuestra
realidad inmediata.
Explica razonadamente cuál de esos conceptos acerca de la lectura
es más importante para ti.
REFLEXIONAR SOBRE LA FORMA
7. En el texto se presentan los hechos en medio de una atmósfera de intriga y misterio.
Anota las expresiones que contribuyen a crear esa atmósfera misteriosa
a lo largo del relato.
sonrisa enigmática, avenida de vapor…
La comunicación
1. La comunicación
En el texto La biblioteca el padre de Daniel comunica a su hijo los secretos que encierra el Cementerio de los Libros Olvidados. En este proceso de comunicación, el padre de Daniel es el emisor que transmite unos mensajes y su hijo es el receptor al que van dirigidos.
La comunicación es el proceso mediante el cual un emisor transmite un mensaje a un receptor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario